jueves, 26 de febrero de 2009

Mirada de Artista, CC Borges, Bs. As. 08


Performans, Sole Sánchez Goldar

Artistas de Córdoba, Santa Fe, Rio Negro y Buenos Aires participaron en la exposicion Mirada de Artista, La construccion de territorios poeticos en la Argentina hoy.






























Serie "La Boheme" 2001, Juan Juares




























Fernanda, Rafael, Juan Martin y Carlos, curadores de Mirada de artista




Mirada de artista, la construcción de territotios poéticos en la Argentina hoy.
La producción de arte contemporáneo argentino ha crecido durante los últimos veinte años independientemente de cualquier tipo de patrocinio institucional. Este proceso espontáneo, de orfandad evidente, asusta a muchos cultores del respeto obediente a lo que determinan las instituciones del arte internacional. Al punto de que son muchos los que se desviven porque el proceso artístico de los artistas argentinos resulte validado, legitimado y pasteurizado por ojos (y sobre todo por palabras) del primer mundo.

Mientras tanto, y a pesar de todas las prevenciones, el arte argentino desarrolla su potencialidad inteligente, salvaje y compleja sin necesidad de citar (o caer en) el aburrimiento de las castas dominantes, evitando el estupor confundido de la falta de contenidos de las producciones de arte de los últimas décadas en el hemisferio norte.

En pocos campos la nitidez de las formas perversas del poder es tan evidente como en los círculos de construcción de poder de la cultura, entendida ésta como un bien circulante, o “circuito” del arte. El dinero no necesita ser pudoroso cuando tiñe discursos que por titubeantes parecen a veces verdaderos bolsones de falacias y retorizaciones rematadas al mejor y al mediano postor. Esto no le sucede al discurso científico para el que siempre habrá un Mario Bunge listo a sacar el machete epistemológico severo y cuerdo, el mundo del arte se presta dócilmente a la excesiva tolerancia interpretativa, no sólo, desgraciadamente, de la polisémica posibilidad del poema, sino, mucho más artera y rastreramente, a la excesiva tolerancia interpretativa con la que se justifica hipócritamente todos los procedimientos inherentes a su gestión.

A riesgo de naufragar, sucumbir, palidecer o hacer francos papelones, los artistas argentinos han desarrollado sus propias estrategias de visibilidad amparados, básicamente, en la leal y consistente presencia de la mirada de sus pares. Sin pretensión de calidades exiguas, esta muestra es el principio de un intento de transparentización productiva de las redes de protección y validación interna que artistas de diferentes regiones del país han ido tejiendo en la intención de una suerte de inconciente santuario del imaginario local. No localista. No globalizado. Personal y por eso único. Siendo tal vez ese su gran baluarte, antes que las intrincadas preguntas que su legítima valía intrínseca pudiera presentar.



“Mirada de artista” toma sólo cuatro grandes “zonas” de producción, en las que es a partir de la mirada amorosa de los pares que se desarrolla un circuito posible para el arte que allí se cuece. La intención es pensar la curaduría de artista. Abiertamente. Con sus debilidades y fortalezas. Enunciarla. Para poder retornar al terreno donde la alteridad es violenta y total en conciencia de la representación del campo en el cada uno se inscriba. Entre el acierto y el experimento. La muestra es sólo el principio de un ejercicio teorico que debiera devenir disparador de otros.

Clínicas, cursos, textos, diseño de exposiciones, gestión, estrategias de diseño del marketing intelectual de las regiones. Pensémonos con la honestidad de revisar a quien le da de comer la acción de cada uno de nosotros. Si el arte tiene alguna función de relevancia social asociada al sentido de la verdad, revisemos el circuito de producción en el que los pequeños circuitos se constituyen. Quizás nos sirva pensar nuestra propia condición de centro en relación a la producción de la periferia, para entender que clase de operación periférica desarrolla desde hace siglos Buenos Aires en relación a un centro que no nombramos.

Flor Braga, Buenos Aires Junio 2008
Sala 21, Centro Cultural Borges, San Martín y Viamonte. Hasta el 28 de Julio de 2008

lunes, 23 de febrero de 2009

Usina Poética / arte en expansión. CAC, Córdoba 2008







Carlos Herrera, Verónica Molas y Flor Braga Menéndez. Mesa debate "espacios de legitimación"





Agustina Pesci "performans"











Rufo y Supermás "Tango evolution"











Intervención espontánea del público...




















Exposición galería Braga Menéndez



































Galería Braga Menéndez, noviembre 08 - febrero 09, Bs. As.











La acción poética:

Existe un punto de partida en el proceso de creación artística: la acción. La acción provocada en un momento preciso de alineación ascendente del cuerpo, mente, alma y universo. La búsqueda del conocimiento y la verdad es posible a través de esta experiencia de acción que transforma la materia común el algo mágico y misterioso.
La obra no es solo el producto del genio creativo del artista, son pequeños fragmentos de luz apresados en viajes espirituales por dimensiones desconocidas. El yo se expande y se integra a un todo que contiene el conocimiento y sabiduría universal.

El artista como medio:

A través de estados de concentración desarrollamos una conexión con el conocimiento universal, este proceso creativo provoca una apertura hacia nuevos continentes mentales y espirituales no conocidos u olvidados en nuestra dimensión de vida ordinaria. El arte se manifiesta en simples acciones poéticas realizadas con una conciencia trascendente de la materia.
El artista no solo es un productor de imágenes, sino un vehículo que actúa como emisor y receptor a la vez. Receptor de luz y emisor de conocimiento universal, de este modo es accionado un juego recíproco de recepción y emisión entre público y obra que conforma un tramado que construye la realidad.

Poetas:

Los verdaderos poetas subvierten el orden común de las cosas, proponen otra forma de nombrarlas. Ser poeta es ser peligroso porque manifiestan el caos que desintegra el yo.
Considerando que existen infinitas verdades, tantas como personas dispuestas a verlas, porque es un proceso en construcción y descubrimiento. Entonces la realidad también es infinita ya que escapa a nuestro conocimiento. ¿Por qué medir algo infinito?

El poder como medio:

Los medios de comunicación y construcción de imágenes tienen una clara función de conservar y ampliar el poder con eficientes formas de construcción de una sola realidad democráticamente consensuada, imponiendo la verdad a través de métodos que incluyen eficazmente el miedo y la represión.

El yo desarmado:

La función del pensamiento poético es manifestar altos grados de conciencia y unir la energía creativa y vital al conocimiento universal.
El yo se desarma en una embriaguez poética accediendo a un nuevo mundo simbólico, una experiencia de búsqueda libre y desestructurada.


Juan Martín Juares, octubre 2008.